La juez Amy Coney Barrett
La juez Amy Coney Barrett.

La jueza conservadora nominada a ocupar una silla en el Tribunal Supremo de Estados Unidos, Amy Coney Barrett, ha comenzado a ser examinada por el Senado, que debe aprobar su llegada al máximo órgano de interpretación constitucional.

Como era de esperar, los representantes del Partido Demócrata han desplegado una intensísima batería de preguntas e interpelaciones con el objetivo de lograr una declaración de Barreta que pudiera hacer tambalear la mayoría republicana de la Cámara y su aprobación antes de las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre.

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Una de las estrellas del interrogatorio ha sido la cuestión sobre las intenciones de Barret sobre la sentencia Roe vs. Wade. La juez Barret se negó a responder de forma directa sobre este caso y otros relacionados con el aborto, aunque sí expuso que el famoso fallo que legalizó el aborto en los Estados Unidos el 22 de enero de 1973 no es un «súpreprecedente» que no pueda ser anulado.

En la tradición jurídica de los Estados Unidos se entiende que un súperprecedente es un fallo que no pude ser modificado al ser universalmente aceptado. Obviamente, el fallo sobre el aborto no goza de una aceptación universal en los Estados Unidos. Y, de hecho, la cuestión provida ha sido uno de los más importantes ejes de la campaña electoral que llevó a Donald Trump a la presidencia y lo está siendo de nuevo.

Barrett ha insistido en que no lleva al Tribunal Supremo ninguna «agenda» social o política, pese a las presiones del Partido Demócrata durante el interrogatorio.

Juego sucio contra Barret

De la misma forma que en el proceso de designación del juez Brett Kavanaugh surgieron acusaciones infundadas de abusos contra el entonces candidato de Donald Trump, la izquierda politica y mediática ha comenzado a embarrar el terreno de la elección de Amy Coney Barret de la peor de las maneras: atacando a sus hijos.

Barret es madre de siete hijos, dos de los cuales fueron adoptados en Haití y otro tiene síndrome de Down. Y han sido utilizados por medios como The Washington Post como vía para atacar a Barret, incluyendo insinuaciones sobre la posibilidad de que fueran el foco de una infección por coronavirus en el colegio al que asisten.

La columnista estrella del momento en el citado diario, escribió una columna criticando la presencia de los hijos en el acto de confirmación de su designación que tuvo lugar en la Casa Blanca junto al presidente Donald Trump.

Además, Barret ha sido atacada con insinuaciones infundadas sobre la ilegalidad de los procesos de adopción de sus hijos; por su pertenencia a un grupo carismático católico de asdoración

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