En 2023, según el informe de evaluación anual sobre la prestación de ayuda para morir en España, elaborado por el Ministerio de Sanidad, se registraron 766 solicitudes de eutanasia en nuestro país, un 24,8% más que en 2022, de las cuales se llevaron a cabo 334.
La eutanasia es un eufemismo con el que se disfraza la muerte provocada a una persona. Los valedores de este asesinato encubierto han utilizado expresiones como “muerte digna” o “razones humanitarias”. Muerte digna es morir de forma natural en tu cama, con los cuidados necesarios para aliviar al máximo los sufrimientos físicos y psíquicos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraYa sé que con la actual legislación en la mano la eutanasia no es un asesinato, pero para mi sí lo es. Nadie puede disponer sobre su propia vida ni sobre la de otros. Será legal, pero es profundamente inmoral porque atenta contra el principal derecho de la persona, el derecho a la vida. Las mayorías parlamentarias que aprueban las leyes en el Congreso pueden legalizar un acto intrínsecamente malo, pero no pueden convertir moralmente en bueno algo que es objetivamente malo.
Como es habitual entre los defensores de la cultura de la muerte, aborto y eutanasia, antes de conseguir su propósito de legalizar ambas, se han inventado estadísticas en las que, de forma abrumadora, la población demandaba insistentemente las dos cosas. Luego se ha demostrado, documentalmente, que son minorías insignificantes las que querían legalizar el aborto y la eutanasia. Pero lo importante para ellos no es defender el derecho sagrado a la vida, es implantar el mal. Es paradójico que un bien, la vida, que ha sido fuertemente protegido por todas las legislaciones del mundo, ahora se destruya, precisamente, a través de unas leyes.
También han aprovechado la ocasión para atacar con furia a la religión católica, ridiculizando su postura y mofándose de ella diciendo que lo que defiende es una mojigatería y un atraso. Parece ser que lo progresista es matar a las personas enfermas o a las que no han nacido.
Lo que han ocultado es que hay muchísimas personas que, no siendo creyentes, están totalmente en contra del aborto, de la eutanasia y de la pena de muerte, y todo ello apoyándose en que la Naturaleza es una realidad regida por leyes inmutables.
Son numerosos los científicos, médicos, filósofos, etc. que defienden la vida de forma clarísima y, por ende, están en contra de la “cultura de la muerte”. Estos mismos apuestan por una muerte digna con cuidados paliativos de calidad que eviten sufrimientos al enfermo terminal. Es curioso que, siendo España un país muy atrasado en los cuidados paliativos, queda mucho por hacer, sin haber propuesto avance alguno en esta materia, hayamos ido directamente a aprobar una ley de eutanasia.
Y ya que hablan de “muerte digna”, no hay mayor atentado a la dignidad de la persona que quitarle el derecho a la vida. Como siempre, la Iglesia Católica es la mayor defensora de la persona, por eso en el número 107 del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que señala lo siguiente_
“Toda la doctrina social se desarrolla, en efecto, a partir del principio que afirma la inviolable dignidad de la persona humana”. Y en el número 108 establece que “por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien”
Dios nos da la dignidad, pero también nos da plena libertad de actuación para obrar como queramos y en nuestra mano está conservar la dignidad o perderla. También nos ha dado la Ley Natural para que podamos distinguir entre el bien y el mal.
Desde hace tiempo, colaboro con las Hermanitas de los Pobres, es una congregación fundada en Francia por Santa Juana Jugán que se dedica a acoger en sus Casas a ancianos pobres o en situaciones delicadas. Visito con frecuencia sus Casas y es impresionante ver el cuidado y el mimo con que tratan a los residentes, eso es respetar la dignidad de las personas.
Sé que los que estamos enfrente de la “cultura de la muerte” estamos luchando contra un gigante porque esa cultura se ha impuesto en numerosos países. Hay casos aberrantes como el del Reino Unido donde han establecido que, si una persona muere después de los 75 años, sus herederos tendrán que pagar más impuestos. ¡Que barbaridad!, ya hasta le ponen precio para que muramos antes, y si no lo hacemos habrá que matarnos. Pero Cristo también nos enseñó que hay que luchar contra el maligno y no perder la esperanza.
Jose Ignacio Echegaray, Colaborador de Enraizados