Madrid acogió durante el mes de enero el Seminario Internacional: cuidados paliativos y sociales vs. eutanasia en el Congreso de los Diputados organizado por la Federación Europea One of Us, y que reunió a políticos, legisladores y sociedad civil de diversos países para debatir sobre este importante y preocupante tema.
Una de los participantes fue la belga Carine Brochier, coordinadora de Proyectos del Instituto Europeo de Bioética de Bélgica, que ha concedido una entrevista a Actuall.com. Bélgica ha sido uno de los primeros países en legislar la eutanasia y recientemente un libro publicado por ella junto a otros médicos hacía un análisis de la situación, en la que destacaba la marcha de enfermeras que se está produciendo en las unidades de cuidados paliativos. En los últimos años, estas unidades se están convirtiendo en lugares donde los médicos envían a los enfermos para practicarles la eutanasia, y muchos de los trabajadores no quieren convertirse en meros asesinos legales.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraLas enfermeras y los médicos han estudiado y se han preparado para cuidar a personas enfermas incluso si no se puede hacer nada, pero para estar allí y aliviarles el dolor
El libro que usted publicó sobre Eutanasia en Bélgica junto con otros autores, hablaba sobre enfermeras y trabajadores sociales que querían dejar las unidades de cuidados paliativos porque vieron que eran lugares donde enviaban a los enfermos y ancianos a que los mataran. Y ellos no querían participar en ello. ¿Cómo se puede explicar?
La presión para los médicos y enfermeras en Bélgica es tremenda. En una unidad de cuidados paliativos normalmente los médicos envían los pacientes para que puedan recibir la eutanasia y las enfermeras no han sido preparadas para practicarlo ni ponerlo en marcha. Los doctores no están preparados para esto. Ellos han estudiado y se han preparado para cuidar a personas enfermas incluso si no se puede hacer nada, pero para estar allí y aliviarles el dolor. La presión es enorme y la eutanasia está entrando en el sistema de cuidados paliativos. Y eso es muy peligroso.
¿No hay objeción de conciencia?
Si tienes una cama dedicada a la eutanasia, el paciente viene enviado por el doctor y el paciente es colocado en esa cama y se llama a la enfermera y al equipo para preparar a ese paciente para la eutanasia, entonces la eutanasia se practica, el enfermo muere, se vacía la cama, la enfermera limpia la habitación y al día siguiente, como hay una lista de espera, viene otro paciente. Y esta es la historia. Un paciente en la lista de espera viene al hospital para recibir la eutanasia y el equipo ni siquiera tiene el tiempo para relacionarse o tener contacto con el paciente. Fue solo una inyección para matarle. Y ellos no han sido preparados para eso.
¿Podemos decir que hay un problema económico? ¿Que la gente mayor, la gente enferma es demasiado cara para el departamento de salud y la eutanasia es una oportunidad para acabar con ese problema económico?
La presión económica es importante. No me gustaría ser el ministro de Sanidad o el ministro que se encarga de las pensiones en Bélgica. Cada vez hay más gente mayor, más gente con cáncer. Y ese es un problema, desde luego. Si les pides a las enfermeras que sólo estén cinco minutos con los pacientes, sólo para cuidar y vestir a una persona anciana, hay una presión económica por parte de las instituciones. Pero no es lo más importante.
El enfermo, el anciano, lo que necesita al final de la vida es amor y ternura. Y nosotros debemos cuidar de la gente más débil que está a nuestro alrededor
Lo más importante, y lo que deberíamos darnos cuenta cada uno de nosotros es que nos corresponde a nosotros, como familia, cuidar a nuestros amigos, al abuelo, a la abuela, a los niños, a la persona enferma… Es muy fácil poner esa responsabilidad sobre los hombros del Estado, pero tenemos que encargarnos todo el tiempo, dejar incluso el trabajo y cuidar de la gente más débil que está a nuestro alrededor. No es una cuestión del Estado o económica. Es verdad, quizás pierda mi trabajo para cuidar a mi madre, para darle más y mejor tiempo conmigo. Porque lo que necesita al final de la vida es amor y ternura. Las enfermeras pueden ofrecer algún tipo de ternura, pero lo que espera es cariño por mi parte.
¿Y mucha gente que pide la eutanasia puede hacerlo por esa falta de cariño? Como en el caso de la deportista paralímpica Marieke Verwoort
El caso del que hablas es bastante doloroso. El caso de Marieke Verwoort es el de una atleta discapacitada y ella no es capaz de ver el sentido a vivir con tanto dolor. No sé lo que ha experimentado a lo largo de su vida. Y no quiero condenarla ni juzgarla porque es un caso muy doloroso.
Lo que voy a decir es para otras personas: “Dime la manera en que vives y te puedo decir la manera en que podrías morir”. Si colocas toda tu energía en tu vida activa -tu trabajo, ser alguien- y dejas a un lado la actividad social, la ternura, a la familia… te sentirás solo al final de la vida. Los valores que tengas te ayudarán a morir. No quiere decir que tengan que sufrir. No. Deberíamos amar y cuidarnos unos de otros. Y querría invitar a la gente joven a que cuide de los ancianos, de los discapacitados, de las personas con demencia. Porque ellos no se dan cuenta de lo que pasa, pero cuando voy a visitar a mi tía, que tiene demencia, ella no se da cuenta de que la estoy visitando, pero les puedo decir que al dejarla soy una persona diferente. Soy más humana porque la he podido ver, he podido ver su fragilidad, que se refleja en mi propia fragilidad. La fragilidad es un valor en sí mismo y deberíamos apoyarnos en ella unos a otros como sociedad y respetar la fragilidad porque la fragilidad es un valor en sí mismo.