La Fiscalía de Varsovia ha iniciado una investigación sobre la reciente ola de protestas desatadas tras la sentencia judicial que ilegaliza el aborto por malformaciones graves del feto, para examinar si se profirieron insultos contra la comunidad católica o se incurrió en una amenaza para la salud pública, dada la situación de alerta sanitaria por el covid.
Las movilizaciones se han sucedido desde que el Tribunal Constitucional sentenciase que el aborto realizado bajo la excusa de la detección de defectos congénitos no están avaladas por la Carta Magna y, por tanto, deben quedar fuera de la lista de supuestos despenalizadores. El fallo aún no ha sido publicado oficialmente.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraDecenas de miles de personas llegaron a juntarse en algunas de estas protestas, en las que se interrumpieron misas y se realizaron pintadas sobre templos religiosos, como crítica a la posición de la Iglesia Católica en relación al aborto conforme a su doctrina de defensa integral de la vida del ser humano y rechazo de todo homicidio antes y después del nacimiento.
Una portavoz de la Fiscalía de la región de Varsovia, Aleksandra Skrzyniarz, ha confirmado que su oficina examinará si hubo insultos contra los católicos o si los organizadores condenaron los actos ilegales cometidos en el marco de las investigaciones. También se examinará si las marchas pudieron suponer un riesgo sanitario dada la actual pandemia de COVID-19.
Tanto la Fiscalía como el ministro de Justicia, Zbigniew Ziobro, habían criticado públicamente a los convocantes de estas movilizaciones, contra las que se han presentado varias denuncias, algunas de ellas promovidas por organizaciones contrarias al aborto.
La decisión del Tribunal Constitucional vino motivada por el recurso presentado por 119 diputados del gobernante partido Ley y Justicia en el año 2019 al entender que la legislación de 1993 establecía de facto las prácticas eugenésicas a través del aborto en contra delo estipulado en la Constitución polaca.
En 2019, el aborto por malformación del feto supuso el 97 por ciento de los 1.110 abortos que se practicaron en hospitales polacos. El síndrome de Down fue la justificación de más del 40 por ciento de los abortos legales practicados en el país el año pasado.
La decisión es trascendental dado que ninguna ley polaca podrá contradecirla en el futuro, salvo que haya una modificación constitucional que exige una mayoría cualificada.
