La ONU es una de las organizaciones que con más vehemencia está intentando imponer el aborto y la ideología de género en el mundo. Lo hace a través de grandes cantidades de dinero a países pobres y también mediante la presión a los estados. Incluso el Papa Francisco denuncia de manera implícita las prácticas de Naciones Unidas en su reciente Exhortación Apostólica Amoris Laetitia.
Estas políticas de la ONU han quedado de manifiesto una vez más en el informe sobre tortura realizado por esta organización supranacional. El autor del texto es el argentino Juan Méndez, relator especial en estos asuntos, que llega a asegurar que la negación del aborto supone una nueva forma de tortura.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraDe este modo, el alto funcionario de Naciones Unidas indica: “Las prácticas discriminatorias hacia la mujer como las trabas burocráticas para acceder al aborto, la mutilación genital femenina, la esterilización o el aborto forzado no garantizan los derechos de las mujeres y se pueden clasificar como tortura”.
En su informe sobre la tortura se observa un sesgo ideológico claro que queda de manifiesto en el análisis que el Center for Family & Human Rights realiza del texto de Méndez. Y es que la palabra “aborto” aparece hasta en 24 ocasiones en un escrito sobre tortura mientras que el término “policía” se cita menos, 21 veces.
El relator especial de la ONU afirma que las normativas contra el aborto son responsables directas de la «superpoblacion carcelaria»
La ONU asegura, en palabras de este relator especial, que los países “deben despenalizar el aborto y garantizar el acceso al aborto legal y seguro, como mínimo en casos de violación, incesto y discapacidad fetal severa o mortal, y en los casos en los que peligra la vida o la salud física o mental de la madre”.
Además, Méndez va más allá al afirmar que las normativas contra el aborto son las responsables directas de la “superpoblacion carcelaria” y de los “tremendos y duraderos” sufrimientos” a los que se somete a mujeres y ninas mediante estas “actitudes humillantes y sentenciosas”.
Del mismo modo, la ONU pretende decir a los países cómo deben interpretar sus leyes sobre el aborto. El informe pide “establecer directrices claras sobre la implementación de leyes internas de aborto y garantizar que sean interpretadas de manera amplia”.
