Una exenfermera ha sido acusada de practicar la eutanasia sin consentimiento a ocho ancianos que residían en un centro de cuidados para mayores en Ontario (Canadá). De probarse el asesinato de los ancianos, Elizabeth Wettlaufer, de 49 años, se convertiría en una de las grandes asesinas en serie de la historia canadiense.
Según informa LifeNews, las autoridades han confirmado que la exenfermera suministró una dosis letal de un fármaco a los ancianos, aunque se ha negado a revelar que tipo de droga usó.
Las presuntas víctimas ya han sido identificadas y los familiares aseguran estar viviendo la muerte de los ancianos por segunda vez tras descubrirse que fue decisión de Wettlaufer acabar con su vida.
Los familiares solicitan a las autoridades que los hogares para ancianos informen de la muerte de los residentes para evitar casos como este
Además solicitan a las autoridades que los hogares para ancianos informen de la muerte de los residentes, ahora con más motivo al estar legalizada la eutanasia en Canadá.
El Colegio de Enfermeras de Ontario ha confirmado que Wettlaufer, que había sido enfermera desde 1995, renunció a la licencia para ejercer la medicina el 30 de septiembre, un día después que la policía pusiese en marcha la investigación en su contra.
Wettlaufer no tenía antecedentes penales según demostró la obligatoria investigación que realizan los centros de mayores a sus empleados antes de que empiecen a trabajar.
La eutanasia sin consentimiento se dispara
Los casos de «profesionales de la salud» que son acusados de asesinato son cada vez más frecuentes desde que comenzó el debate a favor y en contra la eutanasia.
Hace unos meses, se condenó a la enfermera alemana Niels H. a cadena perpetua por la muerte de dos pacientes con una sobredosis intencionada de medicamentos para el corazón. Además, era sospechosa de otras 33 muertes de pacientes.
El tribunal danés repitió condena para la enfermera Christina Hansen, acusada del asesinato de tres pacientes y el intento de asesinato de un cuarto, utilizando deliberadamente sobredosis de sedantes y morfina.
El caso de Wettlaufer sería uno de los más destacados de asesinatos en serie en Canadá, por detrás de escándalos como la oleada de bebés asesinados que se dio dentro de un recinto hospitalario.
Fue en la década de los ochenta cuando se sucedieron varias investigaciones por la muerte de bebés en el Hospital de Toronto para Niños Enfermos, con acusaciones a médicos y especialmente a la enfermera Susan Nelles, sospechosa de la muerte de hasta 36 bebés.
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