Una mujer embarazada mira la ecografía de su bebé /Pixabay
Una mujer embarazada mira la ecografía de su bebé /Pixabay

Los críticos con la Humanae Vitae por su posición contra los anticonceptivos no han podido equivocarse más. Durante décadas y también ahora en la actualidad estos grupos que se dicen católicos han afirmado que a más anticonceptivos habría menos aborto y más salud para la mujer. Las estadísticas son tozudas y revelan justamente lo contrario.

El escrito presentado esta semana en la ONU por el Wijngaards Institute destaca entre otros asuntos que “usar anticonceptivos modernos con fines de planificación familiar tiene muchos beneficios comprobados: entre otros, disminuye considerablemente la morbilidad y la mortalidad materna, la mortalidad infantil y el aborto. Por el contrario, puede aumentar la salud materna e infantil”.

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¿Beneficios comprobados? Según las estadísticas y la propia ciencia la implantación masiva de anticonceptivos no ha disminuido el número de abortos sino que lo ha disparado. Igualmente, se ha demostrado que los países en los que se ha optado por unas legislaciones provida y por una sana educación sexual la mortalidad tanto materna como infantil es menor que en los países que han apostado por la hipersexualización de la sociedad.

Los llamados “anticonceptivos modernos” que cita el texto de los académicos ‘católicos’ promocionados por la ONU son causantes de un gran número de abortos. Y son abortivos o en ciertos casos pueden serlo la píldora RU 486, la píldora anticonceptiva, dispositivos intrauterinos o inyectables como el Norpolant o la Depo-Provera, entre muchos otros.

La ‘American Society of Reproductive Medicine’, nada provida, reconoce que la píldora anticonceptiva es abortiva puesto que impide la implantación del embrión

Por ejemplo, la American Society of Reproductive Medicine, nada sospechosa de provida, afirma que la píldora anticonceptiva no hace honor a su nombre sino que en algunos casos es abortiva. Esta pastilla es tomada regularmente por decenas de millones de mujeres en todo el mundo y según explica esta entidad el “mecanismo de acción” era el siguiente: “inhibición de la ovulación, alteración del moco cervical y/o modificación del endometrio, impidiendo así la implantación”.

Esta última parte es la más importante puesto que reconoce que se impide que el embrión pueda implantarse, hecho que provoca su muerte poniendo fin al desarrollo del embarazo.

Otro de los métodos anticonceptivos modernos y que son usados de manera masiva son las píldoras de “anticoncepción oral de emergencia”, también conocida como “píldora del día después”. Sus graves efectos secundarios, que pueden provocar incluso la muerte, son conocidos por la gran cantidad de secuelas que ha producido en muchas mujeres.

Papa Pablo VI / Wikipedia
Papa Pablo VI, autor de la ‘Humanae Vitae’ / Wikipedia

Aunque se ha promocionado como método anticonceptivo, la píldora del día después puede ser abortiva en distintos casos. Incluso los propios laboratorios internacionales que las producen, caso de Bayer, Aristo, Apotex o Teva, reconocen en sus indicaciones que uno de los efectos de la pastilla es “impedir la implantación del óvulo ya fecundado».

A esa misma conclusión llega el organismo gubernamental de Estados Unidos encargada de controlar los medicamentos. La US Food & Drug afirma que esta píldora “podría impedir que un óvulo fecundado se adhiera al útero (implantación)”.

También están muy extendidos hoy en día los dispositivos intrauterinos como el DIU. Este mecanismo no es anticonceptivo y sí abortivo cuando al actuar química y mecánicamente impide la anidación del óvulo ya fecundado. Y lo hace de varias maneras.

Por un lado acelera el transporte del óvulo fecundado a través de la trompa por lo que al llegar al útero éste no está capacitado para recibirlo y lo aborta. Igualmente, el DIU produce la destrucción por lisis (ruptura de la membrana celular) del embrión.

También los implantes e inyectables producen abortos a pesar de ser utilizados como anticonceptivos. En África la ONU utiliza mucho la Depo Provera, una inyección que cada tres meses se administra a las mujeres. Uno de sus efectos es igualmente impedir la implantación del óvulo fecundado al irritar la membrana del útero.

Por su parte, el Norplant, un implante que se introduce debajo de la piel en la parte superior del brazo de la mujer. Estos tubos segregan una dosis de progestina, que impide que el embrión en desarrollo pueda implantarse en el útero materno.

Estos son únicamente algunos ejemplos de los “anticonceptivos” más utilizados hoy en día de los más de 200 que producen efectos abortivos. Teniendo en consideración sus efectos, la cifra de abortos reales no puede ser cuantificable aunque sí es seguro que es muchísimo más alta que las que muestran las estadísticas oficiales sobre los abortos que se producen en distintos centros públicos o privados.

El 43% de las mujeres que abortó en España en 2011 declaró que había utilizado un método anticonceptivo

Es decir, si en España la cifra de abortos se sitúa sobre los 100.000 la cifra real es brutal pues estos “métodos anticonceptivos” pero abortivos están completamente extendidos entre la poblacion y su uso es habitual.

Pero además existe otras cifras que muestra la relación entre anticoncepción y aborto. Según datos oficiales, en 2011 el 43% de las mujeres que abortó en España declaró que había utilizado un método anticonceptivo. Es decir, 50.696 mujeres abortaron de esta manera.

Píldora abortiva conocida como RU-486
Píldora abortiva conocida como RU-486

Igualmente, Ann Furedi, exdirectora del British Pregnancy Advisory Service (BPAS), afirma que «una encuesta a más de 2000 mujeres que pedían abortos en clínicas de BPAS, la agencia que más proporciona abortos en Gran Bretaña, arrojó el dato de que casi el 60% aseguraba haber estado usando anticonceptivos hasta el momento en que quedó embarazada. Casi el 20% dijo que estaba tomando la píldora. Estos hallazgos son comparables a otros estudios más pequeños publicados la última década… Es evidente que los anticonceptivos decepcionan a las parejas… La simple verdad es que las decenas de miles de mujeres que buscan un aborto no desconocen la anticoncepción».

Estas escalofriantes cifras contradicen sin ningún género de dudas a los académicos que se dicen católicos del Wijnsgaard Institute sobre el uso de anticonceptivos. La realidad es que los abortos aumentan y mucho. Además, las estadísticas de los países evidencian que los números de abortos cuantificados han ido aumentando, ahora se empiezan a estabilizar, pese al fácil acceso de la poblacion a alguno de los muchos métodos anticonceptivos.

A esta opinión se suma el doctor Enrique Jaureguizar, presidente de Médicos por la Vida. En declaraciones a Actuall, asegura que “históricamente el aborto ha sido un problema de educación que no se resolvió ni mucho menos con la llegada de los métodos anticonceptivos, más bien lo incrementó”.

Jaureguizar afirma que en diez años la tasa de mujeres que usaba anticonceptivos pasó del 50% al 80% y el aborto no disminuyó sino que la tasa se disparó del 5.52 al 11.49″

Para avalar esta afirmación, Jaureguizar cita un estudio de la revista Contraception que resulta clave para entender esta relación que los ‘católicos progres’ se empeñan en ocultar en su escrito contra la Humanae Vitae.

Además, afirma que “entre 1997 y 2007, la tasa de mujeres que usaba regularmente anticonceptivos pasó del 50% al 80% en tan sólo diez años y en contra de lo que se creía, que la tasa de abortos disminuiría, ésta pasó del 5.52 a 11.49”.

“Esto implica que los abortos aumentaron de 49.578 a 112.138, es decir, más del doble”, recuerda este doctor. Y añade otro dato a tener en cuenta: “Estos datos se calculan según los estudios que se han realizado en las clínicas del aborto, que no declaran la mayor parte de los abortos, como se ha visto en escándalos pasados como el caso Morín”.

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Nacido en Madrid pero natural de Ocaña se licenció en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Sus primeras incursiones periodísticas las hizo en la prensa local y regional, hasta que llegó a la Agencia EFE. Poco después inició una nueva aventura en Libertad Digital, diario en el que aterrizó en 2008 y del que fue redactor jefe y responsable de la información religiosa. Es articulista habitual de Religión en Libertad y ha colaborado en otros medios escritos como Revista Misión o El Medio y audiovisuales como esRadio e IntereconomíaTV.