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Macron busca inventar un (falso) derecho al aborto para Europa… y para el mundo

Emmanuel Macron

El candidato a la presidencia de Francia, Emmanuel Macron / EFE

Ya sabemos que la Unión Europea tiene una estructura muy compleja y a veces es difícil de entender. Uno de los tres organismos más importantes es el Consejo de la Unión Europea. Los países miembros de la Unión presiden el Consejo de manera rotativa cada 6 meses. Entre enero y junio de 2022 le corresponde la presidencia a Francia. Normalmente, es un puesto sin mucha relevancia en la maraña burocrática de la Unión Europea, al punto que muchos europeos suelen ignorar a qué país le toca en cada momento. Pero Macron ha decidido este año darle un valor mayor. El 19 de enero el francés fue a Bruselas, una de las sedes del Parlamento Europeo, a dar el discurso de cortesía que cada presidente pronuncia en estos casos.

Y allí, en un discurso que inusualmente duró casi 40 minutos, causó una gran conmoción al afirmar que cree que es necesario «actualizar la Carta de los Derechos Fundamentales para que sea más explícita sobre la protección del medioambiente o el reconocimiento del derecho al aborto».

Actualmente los burócratas de Bruselas no pueden meterse en las legislaciones de cada país de la Unión Europea sobre el aborto. Por ejemplo, cuando Malta entró a la UE puso una cláusula especial por la que no acepta que la UE le imponga el aborto. Esa cláusula sigue vigente.

La Carta de los Derechos Fundamentales de la UE fue aprobada en diciembre del año 2000 (con una versión revisada en 2007) y en sus 154 artículos se definen los derechos civiles, políticos, económicos y sociales de los ciudadanos de la Unión Europea. Es lo más parecido a una “Constitución” que tiene la Unión Europea. Y allí no se hace mención a ningún derecho al aborto. Es más, en su artículo 2.1 expresa: “Toda persona tiene derecho a la vida.”

Durante el último año los funcionarios de Bruselas y los Eurodiputados han dado pasos en la línea de que se considere al aborto un derecho, tanto a través del polémico Informe Matiç como la Resolución del Parlamento Europeo del 16 de septiembre de 2021: “Definición de la violencia de género como nuevo ámbito delictivo”. En este último se establece que negar el aborto gratuito a una mujer es violencia de género y se critica a países como Polonia sobre esta materia.

En cualquier caso, lo fuerte de la intervención de Macron es que ha sido la primera vez que un presidente de un país hace una mención tan explícita a que quiere inventar un derecho al aborto que obligue a todos los países. Y tal vez que lo haya mencionado en un par de palabras, casi como de casualidad, tal vez es muestra mayor de la gravedad del asunto. Es como si diera por supuesto que este derecho existe y que “solo faltaría” el detalle de ponerlo en la Carta. Algo que es totalmente falso, por muchos motivos.

Técnicamente la Carta de los Derechos Fundamentales solo puede ser modificada por unanimidad de los países miembros de la UE. Actualmente Malta y Polonia son obstáculos insalvables por sus legislaciones. Hungría también, pero hay elecciones en abril y, de no ganar el actual gobierno de Víktor Orban, eso podría cambiar. También se podría esperar alguna resistencia de Eslovenia o Eslovaquia.

En cualquier caso, la propuesta de Macron no provocará un cambio legislativo inmediato. Pero eso no cambia el hecho de que es una declaración de mucho peso. Como afirma Jaime Mayor Oreja, antiguo presidente del Bloque del Partido Popular en el Parlamento Europeo y actual presidente de la Plataforma One of Us:

“Lo de Macron es de una gravedad extraordinaria. Es una declaración de guerra cultural contra la vida. Con lo que ha dicho no ha dejado dudas de lo que quiere para la cultura europea.”

Para darle un mayor contexto a las declaraciones de Macron, hay que recordar que busca ganar las elecciones en Francia el próximo abril. Pero no hay que engañarse sobre el alcance de sus declaraciones: para él ganar las elecciones y tener peso en Europa son partes de un mismo paquete. Luego de la renuncia de Angela Merkel, Macron podría convertirse en el líder más poderoso de Europa, al menos en el plano cultural. Y ha ido al Parlamento Europeo para decir que quiere ser el que convierta al aborto en un derecho oficialmente reconocido por la EU.

Y en eso ya está trabajando el progresismo de la Eurocámara y de todo Europa. Ya es un dato significativo que la primera reunión de comisión del año 2022 haya sido la de la Comisión de Salud Sexual y Reproductiva –que no deja de ser indignante cuando problemas de gran calado como la salida de la pandemia o la amenaza rusa a Ucrania no están en la cima de la agenda de estos burócratas–. Fuentes dentro del euro parlamento nos han informado que el día 20 de enero, en esa primera reunión de comisiones, de 40 eurodiputados presentes, al menos 30 se expresaron a favor de la propuesta de Macron. La batalla ya ha comenzado en los pasillos de Bruselas.

Pero hay más señales de que la agenda política y cultural pro aborto avanza en la EU. La actual presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, fue elegida hace unos días –el anterior presidente, David Sassoli, murió sorpresivamente hace unas semanas–. Metsola forma parte del Partido Popular y representa a Malta, aunque se mueve en el ambiente de la burocracia de Bruselas desde hace muchos años, ocupando diferentes cargos. Siempre fue abiertamente contraria al aborto, votando normalmente contra la leyes que han querido imponerlo a todo el continente, según los lineamientos de del país al que representa.

Pero todo indica que la burocracia de Bruselas le ha cambiado esta posición. Tal vez fuera una de las condiciones que le pusieron para permitir que llegara a la presidencia. Lo cierto es que durante el discurso previo a la votación que la eligió como presidenta, Metsola no mencionó el tema del aborto ni una vez, aunque sí que se comprometió con el presidente Macron en apoyar sus políticas sobre “derechos de la mujer”.

Como informó Euronews.com: “La conferencia de prensa que siguió a su elección el jueves por la tarde rápidamente fue dominada por el tema del aborto. Para despejar toda duda, la presidenta prometió no votar en ningún tema sensible de política y en todo seguir las posiciones que tome el hemiciclo: “La posición del parlamento es muy clara e inequívoca (unambiguous and unequivocal) y esa es también mi posición” dijo Metsola a Euronews como una manera de tratar de zanjar la controversia que ha rodeado su investidura”. Esa polémica era la que grupos de extrema izquierda habían planteado fuertemente sobre su posición acerca del aborto.

Fuentes pro-vida dentro del Parlamento europeo nos dijeron que estaban decepcionados ya que no queda claro si es un paso atrás estratégico o la renuncia a defender la vida no nacida.

O sea, dos malas noticias en la misma semana: un presidente de Francia que quiere inventar un derecho humano al aborto en los documentos oficiales de Europa y una presidenta del Parlamento, que todos creíamos pro vida, pero que en realidad no lo es. La batalla cultural será muy intensa en los próximos meses y años en Europa.

Algunos alcances para entender la trascendencia de esta semana que pasó. Por un lado, distinguir el aspecto político burocrático del cultural. Como ya dijimos, las declaraciones de Macron, en el plano legislativo no tendrán fácilmente una concreción inmediata: Europa tiene tantos candados y cortafuegos que es difícil lograrlo en el corto plazo, sobre todo por posiciones como la de Polonia o Malta.

Pero el proceso está iniciado y Macron rompió una línea roja que hace emerger con fuerza todos los esfuerzos velados que se vienen haciendo precisamente para superar estos candados e imponer a todo el continente el aborto –y si puede ser bajo el concepto de “derecho”, mucho mejor–. Y esto conecta con el segundo aspecto, el de batalla cultural. Las declaraciones de Macron, más la renuncia de Metsola a la defensa de la vida, están enviando una señal al mundo progresista y a la opinión pública europea de que la carrera por inventarse un supuesto “derecho al aborto” ha comenzado, tiene fuerza y cuenta con el beneplácito de los líderes del establishment. Y por eso ha sido una semana particularmente grave para la causa de la vida.

Hay que tener en cuenta que las agendas pro aborto llevan años tratando de hacer creer a todo el mundo que en la legislación internacional oficial existe la expresión “derecho al aborto”. Y la verdad es que no es así. Hasta ahora esta ha sido una baza para mantener parte de la defensa de la vida o al menos evitar un daño mayor por parte de la agenda abortista. Pero si al final de este proceso la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE fuera reformada e incluyera este falso derecho, los abortistas de todo el mundo tendrían el hito que están buscando y lo utilizarían en todas partes. Como sea, está claro que la batalla tiene en Europa un escalón fundamental que no puede dejarnos indiferentes.

Y no lo ha hecho, sobre todo en las asociaciones continentales que defienden valores básicos como la vida, la familia y las libertades fundamentales.

Por ejemplo, la Federación Europea One of Us que reúne a más de 40 asociaciones europeas y miles de ciudadanos comprometidos con la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, expresa su profunda preocupación y firme oposición a esta propuesta anunciada por Macron. La Federación Europea One of Us alza su voz en defensa de los más débiles, del feto, y recuerda a la Presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea el valor insuperable de la vida y la dignidad de todo ser humano. El futuro de Europa no puede basarse en modo alguno en el derecho al aborto sin riesgo de extinción.

Lola Velarde, Directora Ejecutiva del Political Network for Values, declaró:

“Esta propuesta para forzar a los Estados Miembros a legalizar el crimen del aborto, en contra de los valores más profundos de millones de europeos, no es sino un signo de ese totalitarismo encubierto que el propio Macron señala como amenaza de Europa.”

Herman Tersch, eurodiputado del Partido español Vox, le ha respondido a Macron en la misma Eurocámara:

“Usted viene a regañar a todo el mundo cuando usted está aplicando unas medidas con el pretexto del Covid que parecen las medidas Chinas. ¡Eso sí que son violanciones al estado de derecho! Y no lo que están ustedes utilizando para su guerra ideológica contra Polonia y Hungría ¡Es inaudito! No ha dicho una sola palabra sobre la familia, sobre la natalidad, ¡ese problema! Y resulta que el derecho al aborto es su prioridad… ¡hombre, por Dios!”

Alejandro Navas, prestigioso sociólogo y experto en el tema, escribió: “La debilidad europea se verá aumentada si el aborto se extiende todavía más. Al fin y al cabo, la población es el principal recurso de los países, para la economía y para la geopolítica. Identificar aborto con fortaleza es ceguera o ideología suicida.”

Vincenzo Bassi, presidente de FAFCE (Federation of Catholic Family Associations in Europe), que representa a 27 asociaciones nacionale y locales, ha declarado:

“El reconocimiento de un supuesto derecho al aborto entraría en flagrante contradicción con la propia Carta de los Derechos Fundamentales, que consagra en sus primeros dos artículos la inviolabilidad de la dignidad humana y el derecho a la vida”.

La Plataforma Española NEOS ha escrito una carta abierta en la que, entre otras cosas, cuestiona a Macron de esta manera:

“Para usted, señor Macron, le debe parecer urgentísimo instaurar como derecho la muerte de un ser humano no nacido. Verá que los dos primeros artículos de la Carta de los Derechos Fundamentales ya consagran la inviolabilidad de la dignidad humana y el derecho a la vida, unos principios que deberían blindarnos ante incongruencias como la que usted abandera. Una de las mayores conquistas de Europa es, precisamente, el reconocimiento de la dignidad humana y de la libertad. No le quepa la menor duda de que somos muchos los europeos que estamos dispuestos a movilizarnos para defenderlas.”

Carlos Beltramo, PhD

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