Todos los lunes, desde hace más de 17 años, un grupo de mujeres abren las puertas del salón de la capilla San Jerónimo, en Montevideo (Uruguay) para servir a madres embarazadas en situación de vulnerabilidad social. Ellas son las ‘Madrinas por la Vida’.
A través de charlas, diálogos y capacitaciones, estas mujeres trabajan para que las madres puedan afrontar su embarazo con dignidad y esperanza, y dejen de ver el aborto como la única salida.
La organización nace el año 2000 a los pies de la Virgen de Guadalupe, en México. Marta Grego y su esposo viajaron desde Uruguay para visitar su santuario, donde experimentaron lo que describen como el “llamado Guadalupano” de dedicarse a la causa de la vida.
Si bien la organización nació como un proyecto para que las mujeres desistan de abortar, más adelante estrecharon aún más su compromiso en el acompañamiento de las madres
Al volver a Uruguay, una mujer embarazada tocó el timbre de su casa y le pidió comida. Estaba decidida a abortar. Este fue el inicio de Madrinas por la Vida.
Si bien la organización nació como un proyecto para que las mujeres desistan de abortar, más adelante estrecharon aún más su compromiso en el acompañamiento de las madres en situación social vulnerable.
En la actualidad, ‘Madrinas por la Vida’ ayuda a unas 60 madres en situación de vulnerabilidad mediante cursos de formación laboral, talleres de formación cristiana y humana, entre otras actividades centradas en la mamá, su bebé y el entorno familiar. Todo de forma gratuita.
La Presidenta de Madrinas por la Vida, Teresa Rodríguez, explicó a Comunicaciones de la Iglesia de Montevideo (ICM) que además del aborto, la organización lucha activamente “contra el asistencialismo”.
Además de la sede en Montevideo, ‘Madrinas por la Vida’ está presente en el departamento de Artigas, en la Capilla San Eugenio donde atienden a otras 60 madres, y esperan extender el proyecto a todos los departamentos de Uruguay.
*Este artículo ha sido publicado originalmente en ACI Prensa.
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