Impresionante homilía la pronunciada este domingo 27 por el obispo de San Sebastián, Mons Munilla, a los dos días de la entrada en vigor en España de la Ley de la Eutanasia.
Munilla sostiene que «hay una distancia infinita entre morir y matar» y afirma que aunque haya enfermedades incurables, sí son «cuidables y acompañables». Advierte además de la «pendiente resbaladiza» en el que han caído otras naciones que legalizaron la eutanasia: «hay experiencia ajena y nosotros no vamos a ser distintos».
Pero su homilía no es sólo un lamento: «más vale encender una luz que maldecir las tinieblas». En este sentido anuncia la estrategia seguida por la Conferencia Episcopal del testamento vital, técnicamente «declaración de instrucciones previas y voluntades anticipadas».
En dicha declaración, el firmante manifiesta que no desea la eutanasia ni el suicidio asistido, que desea ser atendido con cuidados paliativos proporcionales y que desea atención espiritual para afrontar sus últimos días.
La diócesis de San Sebastián ha decidido facilitar el trámite, relativamente complejo. Así que a la salida de las parroquias habrá voluntarios entregando dos documentos: uno el facilitado por la Conferencia Episcopal y otro del gobierno vasco. El interesado debe de cumplir ambos documentos firmados por tres testigos ajenos a la familia y llevarlos junto a una fotocopia del DNI a la parroquia.
Si tuviera problemas para encontrar los 3 testigos requiridos por la Sanidad vasca, los voluntarios de las parroquias actuarán de testigos. Dichos voluntarios recogerán toda la documentación y la tramitarán ante la Sanidad vasca. La administración incorporará dicha declaración al historial médico para que cualquier médico al consultar el historial sepa que dicho paciente ha hecho esa manifestación. Y la administración sanitaria enviará una carta al firmante informando de la incorporación de la declaración en el historial sanitario.
«Es una oferta abierta a todos, católicos y no católicos», señala Mons. Munilla. «Es una apuesta por la cultura de la vida (…) frente a un occidente que ha roto con sus raíces cristianas (…) y corre como pollo sin cabeza».
En definitiva: una luz frente a la cultura de la muerte.
Por su parte, el obispado de Alcalá ha mandado tocar las campanas de su diócesis por la aprobación de la Ley de la Eutanasia todos los 25 de cada mes
Es la respuesta de la Iglesia española frente a una cultura de la muerte que parece imponerse a codazos…
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