El pasado 14 de octubre, Jaelyn Barnes vivió uno de los peores momentos de su vida. Desde luego, uno de los más desagradables. Embarazada de su quinto hijo, y llegado el tercer mes encinta, comenzó a perder sangre en casa.
Dos días después, coincidiendo con el día del embarazo y la concienciación sobre la pérdida de bebés, publicó a través de su perfil en Facebook una detallada descripción del proceso en el que perdió a su hijo y cómo la providencia hizo que, a pesar de todo, pudiera verlo.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraEn su relato, en el que no escatima detalles, explica cómo en mitad de la madrugada sufrió un aborto espontáneo y cómo tuvo que recurrir primero a su matrona, por teléfono, y luego a los servicios de emergencia, que la tuvieron que llevar al hospital en una ambulancia. «El caos estaba en todas partes. Parecía un baño de sangre», recuerda.
Ya en el hospital Jaelyn seguía con una hemorragia importante y, en un momento, antes de que la intervinieran para salvarle la vida, llegó al mundo su hijo Nielson.
«¿Puedes imaginar que salvamos algunos niños? ¿Y si cambiamos la opinión de alguien que está pensando en abortar a su hijo porque piensa que es un montón de células?»
«Justo cuando el médico me hizo un examen pélvico, otro coágulo. Miré abajo y pude decir que eso no era un coágulo normal. Pregunté si era el niño. El doctor lo cogió y dijo que eso era. Le pregunté si podía verlo. Él abrió la bolsa y puso al bebé en un recipiente. […] ¡Era perfecto! Tenía todos los detalles de un bebé. Sólo con 11 semanas”, explica Jaelyn.
Pocos minutos después, Jaelyn estaba anestesiada en un quirófano donde tuvieron que intervenirle de urgencia para liberar la placenta de su cérvix, motivo por el que la hemorragia había sido especialmente abundante.
Pese a todo, salió bien y compartió su alegría porque todo hubiera sucedido precisamente en ese orden. Primero vino Nielson, luego la operación.
«Porque permitimos que mi cuerpo lo descubriera, tuve tiempo de procesar lo que había sucedido. También tengo a mi hijo porque el salió antes de que vinieran para el legrado. Pudimos ver su cuerpo perfecto. Pudimos darle sepultura».
«¿Qué sucederá si compartimos aún más esta imagen? ¡Alcanzará a más gente! […] ¿Puedes imaginar que salvamos algunos niños?», se planteó Jaelyn
La arboleda de Nielson
El 15 de octubre, un día después, Jaelyn compartió cómo enterraron a su hijo Nielson, al que familiarmente le llamarían Neil. «Imaginé llamarlo Neil. Le vi jugando con Luke haciendo cosas de chicos. Luke y Neil. Simplemente, funcionaba», escribe Jaelyn antes de describir cómo lo enterraron.
Sus tres hijas escribireron cartas a su hermano, diciéndole lo mucho que le querían. «Lo colocamos en un tarro con las cartas y algunas flores. Condujimos sin rumbo hasta que sentí que había encontrado un lugar lleno de paz«.
Después de cavar el hoyo, «las niñas abrazaron y besaron el tarro. Después, nos ayudaron a enterrarlo. Mi marido esculpió las iniciales de Nielson en el pequeño álamo. Es un árbol joven y continuará creciendo. Sentí que encajaba con nuestro bebé», describe.
Su marido pronunció una oración mientras Jaelyn sufría en su interior: «Mientras sentía mucha paz, mi corazón me dolía por tenerlo físicamente lejos de mí. Es muy real. Mi vientre está vacío. Y él no está cerca de mí».
Sin embargo, ese dolor no nublaba del todo su agradecimiento por tener la fortuna de haber visto a su hijo y poder enterrarlo: «Estoy muy agradecida de que hayamos tenido esta oportunidad de enterrarle. No muchos tienen este regalo. Así que estoy agradecida a mi atento Padre Celestial que nos bendijo con su tierno abrazo de misericordia en un momento tan difícil para nuestra familia», asegura.
«Este será un lugar que visitaremos con frecuencia. Desde ahora llamaré a este lugar ‘La arboleda de Nielson’», concluye, antes de compartir algunas fotos del momento.
Un mes después, la foto
Un mes después de haber sufrido el aborto, Jaelyn explica que «después de tenerle, he sentido con mucha fuerza la necesidad de compartirle a él. Una imagen de él. De su perfecto cuerpecito de 11 semanas».
Si se decidió a compartir la imagen, fue porque de su testimonio anterior había recibido respuestas que le resultaron estimulantes. Algunos de personas que, siendo defensoras de la vida, no conocian el desarrollo embrionario tan impresionante en sólo 11 semanas.
Pero también de personas que, tras conocer el caso y ver la foto en privado, han cambiado de ser partidarias del aborto a abrazar la causa provida. «Mi bebé, que ni siquiera ha vivido aquí ¡estaba impactando vidas!», explica.
Así que, pensó: «¿Qué sucederá si compartimos aún más esta imagen? ¡Alcanzará a más gente! […] ¿Puedes imaginar que salvamos algunos niños? ¿Y si cambiamos la opinión de alguien que está pensando en abortar a su hijo porque piensa que es un montón de células?».
Y lo está consiguiendo.