Ocho argumentos para que los vientres de alquiler no sean legales

Jennifer Lahl, presidenta de la asociación internacional Stop Surrogacy Now, ha visitado España para presentar un documental que pone en jaque la legalización de los vientres de alquiler.

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La presidenta de la asociación internacional Stop Surrogacy Now, Jennifer Lahl, como una de las personas que más sobre los vientres de alquiler lleva años denunciando los daños tanto sociales como emocionales y de salud que causa esta industria. 

Recientemente ha visitado España para presentar el documental Big Fertility, que cuenta la historia de Kelly Martinez, una joven madre estadounidense que fue contratada como gestante por una familia rica de España que después no quiso quedarse con los bebés, incluso quisieron que abortara. 

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Durante su visita a tierras españolas ha dado las 8 claves por los que los vientres de alquiler deben ser ilegales: 

1. No tiene nada que ver con las adopciones

No se parece a la adopción, puesto que con los vientres de alquiler se contrata a una mujer para que geste el bebé y hay un contrato de por medio.

2. Dinero de por medio

Hay riesgo físico y psíquico tanto para la gestante como para su bebé y lo que mueve este riesgo es el dinero.

3. Tráfico de órganos

En países del Tercer Mundo donde una pareja contratante decide finalmente que no quiere quedarse el bebé que ha encargado, pueden intentar lograr el beneficio vendiendo el bebé a otros usos.

4. Más riesgos para la madre

Tratar al embrión implantado artificialmente, supone dar dosis de hormonas y medicamentos muy fuertes a la mujer. Hay más riesgo de preeclampsia, hipertensión, diabetes..

5. Compra-venta

La sociedad se opone contra el negocio de la compra-venta de órganos. De hecho, no se permite ni siquiera para salvar a alguien que se esté muriendo. Pero hay países que sí permiten poner en riesgo a gestantes cuando se trata de vientres de alquiler y de dinero.

6. Se rompe el vínculo materno-infantil

«Fui enfermera pediatra casi 20 años, hay algo llamado el vínculo materno-infantil, que es algo bueno. Pero en la subrogación dicen que no importa. Al nacer el bebé, lo separan de la única persona que ha conocido. Un bebé solo sabe una cosa al nacer, nadie se lo ha enseñado: sabe quién es su madre. Ha estado en su vientre 9 meses. No podemos decir que ese vínculo no importa», asegura Lahl.

7. No existe el «derecho a tener un hijo»

Los Derechos Humanos recogen el derecho de los niños a crecer con sus padres, pero no lucha por ningún «derecho a tener hijo».

8. Los contratos de subrogación crean esclavas por 9 meses

El contrato establece lo que come, cuánto se puede mover, si puede viajar, sus relaciones sexuales, su perfume…

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