Hace dos años, en octubre de 2016, una madre coraje llamada Patricia Coronel, de la asociación Un Mismo Corazón de Paraguay puso en marcha una petición a través de la plataforma CitizenGO para que el Congreso aprobara un proyecto de ley presentado por los diputados Olga Ferreira y José María Ibañez que tenía como objetivo que aquellos que no llegaron a necer también aparecieran en el Registro Civil.
La diputada Ferreria explicaba así la inicitiva:
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Suscríbete ahora«Este proyecto lo entregamos con amor, como homenaje a estos niños que desde la promulgación de esta Ley tendrán nombre y apellidos. También para los padres, que tendrán un lugar para levar a esos niños y honrar esa vida, porque sepan que la vida se honra. Somos diputados que legislamos para la vida y, en este caso, ueremos darles un poco de resignación a esos padres cuyos ´´angeles fueron al cielo.
Así, se trata de que los padres de nonatos puedan enterrar a sus hijos segçun sus creencias, facilitando el necesario duelo de los padres y familiares.
Patricia Coronel sostenía la presentar la iniciativa de CitizenGO que con esta ley «nuestros hijos ya no serán tratados como desecho patológico y esi es un gran avance. Esto no elimina el dolor, pero por lo menos ya no tendremos sólo una ecografía vacía o una foto vacia, sino que sus hijos tendrán la identidad que le dieron, ese nombre que le eligieron con amor y que tanto buscaron dárselo».
Así, el 23 de noviembre de 2016 fue aprobado de manera general por 65 votos a favor, ninguno en contra y 11 abstenciones y su aprobación dependía de los trámites en el Congreso y el Senado.
Ambas votaciones se superaron cin problemas, pero el presidete Horaci Cartes vetó el proyecto, por lo que tuvo que somterse de nuevo a votación el proyecto de ley para que quede constancia de los nonatos en el Registro Civil. Finalmente, se levantó el veto del Senado a finales de 2017 y la ley fue publicada en la Gacetilla Oficial el 18 de diciembre de 2017.
Sin embargo, la puesta en marcha del registro ha sufrido numerosas trabas para hacerse efectivo. Casi un año después, el pasado 28 de octubre el libro en el que registrar a los bebés fallecidos antes del parto estuvo listo y en a priemra semana se llenaron por completo cien hojas.
El impacto que ha tenido esta inicitiva en la américa hispana no es menor. En Chile, una iniciativa similar ha pasado el trámite del Congreso y está a la espera de votarse en el Senado. En Argentina, tambien se propuso, aunque con peor fortuna por el momento. Y en México, Uruguay, Bolivia y Guatemala se han presentado iniciativas similares.
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