El pasado mes de abril el Congreso de los Diputados exigió al Gobierno de Mariano Rajoy que preparase dos estudios para conocer, por un lado, las consecuencias a largo plazo de la píldora anticonceptiva en las mujeres y, por el otro, su seguridad comparándola con el tratamiento hormonal masculino que aún está en fase de investigación.
Así la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales aprobó, con el voto en contra del PP y la abstención de Ciudadanos, una proposición no de ley, presentada por Podemos y apoyada por el PSOE, en la que da al Ejecutivo seis meses para destinar una dotación presupuestaria a estos informes.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraTambién le insta a dar más ayuda económica la investigación sobre la píldora masculina y a que, una vez sea aprobada por las agencias del medicamento europea y española, sea evaluada por la Agencia Española de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y, «si procediera, a su financiación por parte del Sistema Nacional de Salud», según informa el diario Heraldo.
La anticoncepción “algo exclusivo de las mujeres”
La diputada de Podemos, Ana Belén Terrón aseguró se trata de una «propuesta de sentido común» para atajar la desigualdad entre hombres y mujeres que también se da en cuanto a sus derechos sexuales y reproductivos, puesto que el Sistema Nacional de Salud (SNS) considera la anticoncepción como «algo exclusivo» de ellas.
Desde el PSOE, Lidia Guinart hizo hincapié en la necesidad de evaluar y actualizar la estrategia de salud sexual y reproductiva e instó al equipo de Gobierno de Rajoy a abordar la «perspectiva de género de manera transversal» y a dotar con el presupuesto suficiente el Observatorio de Salud de las Mujeres.
La píldora masculina ya tiene efectos negativos
En este sentido, Francisco Igea, de Ciudadanos, señaló que «no todo se puede reducir a un problema de género» y explicó que existen ensayos sobre anticoncepción hormonal en hombres «muy prometedores», por lo que hay que favorecer el desarrollo de estas nuevas técnicas.
Sin embargo, la popular Marta González insistió en que los primeros estudios sobre la píldora masculina tuvieron que finalizarse por razones éticas, puesto que los riesgos de efectos secundarios sobrepasaba los beneficios, a lo que se une que tampoco era «100 % segura».
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