El Grupo Parlamentario de Podemos en la Asamblea de Madrid ha presentado una proposición no de ley para que el parlamento autonómico inste el próximo jueves 21 de enero al Gobierno a despenalizar el suicidio médicamente asistido en contra de la lex artis médica y del criterio de la Asociación Médica Mundial (AMM).
Se tata de una resolución similar a la que se presentó en el Parlamento Valenciano a principio de diciembre de 2015, y que fue aprobada con los votos de los socialistas, los eco-comunistas de Compromís y Podemos. El PP votó en contra, mientras que Ciudadanos se abstuvo.
«El suicidio asistido debe ser condenado por la profesión médica»
La Declaración de esta entidad médica mundial sobre «suicidio con ayuda médica», adoptada en 1992 y revisada en 2005, estipula que «el suicidio, con ayuda médica, como la eutanasia, es contrario a la ética y debe ser condenado por la profesión médica. Cuando el médico ayuda intencional y deliberadamente a la persona a poner fin a su vida, entonces el médico actúa contra la ética».
En este sentido, y ante la legalización de la práctica de la eutanasia activa en algunos países, la AMM reafirmó en 2013 «su firme convencimiento de que la eutanasia entra en conflicto con los principios éticos básicos de la práctica médica».
Al tiempo, la AMM «insta enfáticamente a todas las asociaciones médicas nacionales y a los médicos a no participar en la eutanasia, incluso si está permitida por la legislación nacional o despenalizada bajo ciertas condiciones».
Por su parte, la portavoz de la plataforma Derecho a Vivir, Gádor Joya, sostiene que, como médicos, «nuestro deber profesional y moral es cuidar de nuestros pacientes procurando en cada momento aplicar los medios necesarios para que estos vivan dignamente”.
La pediatra también señala que “nuestra profesión ha de procurar prevenir la enfermedad, curarla cuando esta aparece y, si esto no es posible, paliar sus efectos buscando siempre el bien del enfermo”.
Profesionales entra la espada y la pared
Como recordaba recientemente en Actuall el presidente de Médicos por la Vida, Enrique Jaureguízar, si se diera la circunstancia de que se obligara por ley a los profesionales sanitarios a colaborar con elllamado suicidio asistido «tendrán que formar un nuevo especialista que ejerza de verdugo».
De la misma opinión se muestra el caterático emérito de Genética, Nicolás Jouve, quien señala que el suicidio asistido “no deja de ser eutanasia y nadie es dueño de la vida de los demás”, al tiempo que lamenta que «siempre habrá médicos que se ofrezcan a llevara acabo estas labores».
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, Álvaro Gándara, se muestra pesimista porque, a su juicio «los políticos no saben de lo que hablan, no saben ni lo que es la muerte digna, ni la eutanasia pasiva, ni nada. Y sin embargo, todos lo han incluido en sus programas políticos«.
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