En el año 1920 Vladimir Illich ‘Lenin’ legalizó por primera vez el aborto en la Rusia comunista. Desde entones, se ha calculado que Rusia ha abortado al 143% de su población (unos 200 millones de abortos). Pese a ello, Rusia sostuvo su nivel poblacional hasta mediados de los años 90 del pasado siglo. Desde entonces, el desplome ha sido contínuo y se estima que dentro de un lustro, 2025, su población rondará los 100 millones de habitantes, cuando desde 2017 superan los 145 millones.
Después de años advirtiendo sobre los peligros del invierno demográfico, Vladimir Putin ha decidido empezar a poner coto al elemento más influyente de la ruinosa ecuación poblacional: el aborto.
El pasado 25 de octubre Vladimir Putin encargó al primer ministro Mikhail Mishustin «evaluar la eficacia de la labor de las organizaciones médicas en la prevención del aborto (incluida la prestación de asistencia jurídica, psicológica y médica y sanitaria a las mujeres durante el embarazo, a cargo de organizaciones de servicios dentro de los medios del certificado genérico) y desarrollar medidas destinadas a aumentar la eficiencia de dicho trabajo, incluida la garantía de la interacción de las organizaciones médicas con las organizaciones de servicios sociales y el fortalecimiento del interés financiero de las organizaciones médicas en los resultados del trabajo sobre la prevención del aborto», tal y como se recoge en la relación oficial de tareas asignadas por el presidente que publica el Kremlin.
La caída de la tasa de crecimiento de la población en Rusia ha sido constante desde mediados del siglo XX. Mientras que en 1954 el crecimiento poblacional anual se situaba en 1,68% a finales de los años 60, la tasa se desplomaba hasta el 0,49%. Entre 1970 y 1987 Rusia retomó algo de crecimiento poblacional, recuperando hasta el 0,73%; pero como la alegría no dura mucho en la casa del pobre en 1994 comenzaron los números rojos (-0,02%) en un desplome contínuo durante una década (-0,42% en 2003).
Desde entonces, se dio una mínima recuperación desde 2009 que ha alcanzado su máxima tasa (0,24%) en 2014. Desde entonces, no ha dejado de caer año a año, según detalla Worldometers.
La actual ley rusa de aborto es una de las más laxas del mundo. Aprobada en 2011, permite el aborto a petición durante las 12 primeras semanas de vida intrauterina del bebé, unplazo ampliable hasta las 22 semanas (casi seis meses de embarazo), en caso de concepción en violación o hasta el momento del parto si lo considera oportuno un médico. La ley prevé un periodo de dos a siete días desde que la mujer solicita información sobre el aborto hasta que se toma la decisión.
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