Al cumplirse dos años de la muerte del niño inglés Charlie Gard, un padre de familia le agradeció por haber sido la inspiración para el nacimiento de su tercer hijo.
Giuseppe es un italiano de 41 años que vive en Roma. Está casado con Elena. Hace unos años tenían dos hijos: Chiara y Paolo. En diálogo con la revista mensual Il Timone explica que el nacimiento de su tercer hijo, David, tuvo mucho que ver con el caso de Charlie Gard, un niño que sufría una grave enfermedad y que fue desconectado del soporte vital para dejarlo morir. El pequeño falleció el 28 de julio de 2017.
Giuseppe recuerda que pudo ver con su esposa el video en el que los padres de Charlie, Connie y Cris, le contaban al mundo que los médicos del Great Osmond Street Hospital no les permitían llevarse a su hijo para un tratamiento experimental y que los doctores preferían dejarlo morir.
“Charlie fue para nosotros un punto de verdad, como si hubiésemos podido ver con nuestros ojos lo que le habría podido pasar a Paolo»
“Cuando mi esposa me enseñó el video de Connie y Chris fue para nosotros un punto de no retorno. Veníamos de un periodo particular: el embarazo de nuestro segundo hijo fue difícil y existía la posibilidad de que naciera con alguna discapacidad, incluso grave. No estaba en discusión su vida, lo acogeríamos como fuera que viniese. Cuando nació sano fue un gran alivio, como si nos hubiesen quitado una gran cruz”, relata.
“Lo último en lo que pensábamos entonces era en otro embarazo con todos los riesgos que conllevaba. Además estaban los problemas del día a día: las noches sin dormir, mi mujer acababa de volver al trabajo, el préstamo por pagar, el colegio de los chicos, no teníamos ayuda. En resumen, todas estas cosas juntas nos hicieron decirle no a la apertura a la vida aunque esto nos hiciera sufrir”, explicó Giuseppe.
El caso de Charlie los hizo reconsiderar su decisión.
“Charlie fue para nosotros un punto de verdad, como si hubiésemos podido ver con nuestros ojos lo que le habría podido pasar a Paolo. Charlie nos hizo entender concretamente la grandeza de la dignidad del niño enfermo, la sacralidad de la vida en sus formas más frágiles, la luminosidad del abandono total”, explicó.
«El único modo de responder a la diabólica cultura de muerte era abriéndonos a la vida»
Él y su esposa comenzaron a rezar por Charlie “con fervor, como hicimos durante el embarazo en riesgo (de Paolo). La vida de Charlie ya tenía que ver entonces directamente con la nuestra”, dijo Giuseppe.
A pesar de todos los esfuerzos y las oraciones de ellos y de muchos otros en todo el mundo; así como de una carta que le enviaron al Papa Francisco, Charlie murió.
“Un día Elena me dijo que se sentía distinta por dentro, que debíamos hacer algo y que el único modo de responder a la diabólica cultura de muerte era abriéndonos a la vida”.
“Fue conmovedor reconocer que yo tenía lo mismo adentro. Poco después concebimos a David. Si Charlie no hubiese existido, nuestro tercer hijo probablemente no habría nacido”, concluyó.
El caso de Charlie Gard
Charlie Gard fue un bebé que falleció a los once meses de edad el 28 de julio de 2017. Padecía un síndrome de agotamiento mitocondrial, una rara enfermedad genética que causa debilidad muscular progresiva y puede provocar la muerte en el primer año de vida.
Su caso generó una batalla legal entre los padres, que querían probar un tratamiento experimental en Estados Unidos, y el hospital Great Ormond Street de Londres, donde estaba internado. Los médicos ingleses solicitaban a la justicia que les permitiera desconectar el soporte que mantenía con vida a Charlie.
Así, aunque los padres consiguieron donaciones para llevarlo a Estados Unidos, un juez británico ordenó en abril de 2017 retirar el soporte vital del bebé.
En 2018 una batalla legal similar sucedió con el caso del pequeño Alfie Evans.
.* Publicado originalmente en ACI Prensa.
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