Desde el 2011 al menos 162 clínicas abortistas en Estados Unidos han cerrado o han dejado de realizar el procedimiento, mientras que sólo se han abierto 21.
Estos datos, recogidos en el informe de Bloomberg Businnes, muestran la caída más vertiginosa del negocio abortista en los EE.UU. Los cierres están asociados al aumento de leyes en defensa de la vida en diferentes estados y será casi imposible reemplazarlas para cubrir sus necesidades.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraDe esta manera, y según informa el Instituto Guttmacher, un centro de estudios que apoya el derecho a abortar, en 2011 se registraban 553 abortorios en los Estados Unidos. Una pérdida de 141 establecimientos significaría que la cantidad de clínicas abortistas se ha reducido en un 25% en los últimos cinco años.
En este sentido, la responsable del estudio, Esmé Deprez, ha aseverado que “en ningún otro momento desde antes de 1973, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos legalizó el aborto, la posibilidad de las mujeres de interrumpir un embarazo ha dependido tanto como ahora de su código postal o de sus recursos económicos para viajar”.
Texas, el estado que más abortorios ha cerrado
De hecho, los cierres de estas clínicas ocurrieron en 35 estados y no se limitaron a hacerlo en aquellos en los que los republicanos gobiernan. Así Texas se ha convertido en el estado que ha perdido mayor cantidad de clínicas con al menos 30. Esta cifra se debe, según explica ElDiario, a la aprobación en 2013 de una ley antiaborto de gran alcance.
Seguido de Texas, se encuentra Iowa en el que 14 clínicas de Planned Parenthood han dejado de ofrecer este servicio, y en tercer lugar, Michigan, con la pérdida de 13 abortorios. También una docena de clínicas ha cerrado en California y en New England.
Asimismo, varias clínicas dejaron de realizar abortos en Nueva York, Chicago, San Francisco y Washington.
Falta de solvencia económica
En noviembre, The Gurdian detallaba que las clínicas abortistas estaban teniendo problemas para mantenerse tanto en los estados demócratas como en los republicanos.
Además, el problema también es económico. La mayoría de las clínicas son independientes y es difícil hacer frente a un negocio que sólo ofrece abortos. E incluso en los estados en los que se permite a las mujeres pagar con la tarjeta de asistencia social Medicaid –que en su mayoría son liberales- los abortorios pueden hasta perder dinero.
Por otro lado, la posibilidad de abrir una clínica se ha vuelto una tarea muy difícil para las empresas de este negocio. El esfuerzo de Planned Parenhood por abrir una clínica en Louisville se quedó colgando de un hilo cuando las administraciones estatales cambiaron de partido político. La empresa que había solicitado comenzar con el servicio, sólo logró que el nuevo gobernador republicano le impusiera una multa por «procedimientos ilegales de aborto».