Richard Humphreys, juez de la Corte Suprema de Irlanda, ha explicado que la palabra «no nacido» (unborn en inglés) está referida en la Constitución como «nino por nacer» y, por ello, tiene de manera implícita una serie de derechos que van mucho más allá del derecho a vivir.
El magistrado ha hecho especial hincapié en que, estos derechos, «deben tomarse muy en serio por parte del Estado».
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Suscríbete ahoraEl concebido disfruta de todos los derechos significativos y tiene la misma posición ante los ojos de la ley que cualquier otro ciudadano, tal y como recogen «los estatutos y la Constitución irlandesa». Estos derechos pueden ser decisivos a la hora de que, por ejemplo, el padre de un no nacido se enfrente a un proceso de deportación.
«Estos derechos van mucho más allá del derecho a la vida», ha afirmado el juez Humphreys. La mayoría de estos derechos son válidos y tienen un carácter efectivo inmediato, no son derechos eventuales o prospectivos, explicaba en unas declaraciones recogidas por el diario Irish Times.
El juez Humphreys ha explicado que, tal y como recoge la Constitución, el Estado «tiene el deber de proteger a todos los ninos. Tanto a los no nacidos como a aquellos que están por nacer».
Humphreys ha explicado que el artículo 42 de la Constitución, insertado como resultado del referendum que se realizó en favor de la infancia, le otorga al Estado «el deber de proteger a todos los ninos». Esto quiere decir que la Constitución ampara «tanto a los ninos nacidos como a aquellos que están por nacer».
En sus declaraciones, Humphreys dice que los cambios fundamentales en la sociedad y las enmiendas constitucionales, requiere del Estado para asegurar que, tanto los padres como los hijos, independientemente de su situación legal, puedan disfrutar de sus derechos constitucionales.
El juez irlandés argumenta que, pese a que ni el artículo 42 ni el 40.3.3 (que obligan al Estado a reivindicar el derecho a la vida del no nacido), se pensaron como una manera de otorgar derechos a los inmigrantes, esto no implica que, en el eventual caso en que un no nacido tenga un padre que se enfrente a un proceso de deportación, no se contemplen los derechos fundamentales del bebé.
El no nacido y la deportación
La relación entre los derechos del no nacido y la deportación de inmigrantes es un tema sonado en Irlanda. Un hombre de nacionalidad nigeriana se enfrentó a una deportación cuando su novia, irlandesa, estaba embarazada. Gracias a Humphreys, se presentaron las pruebas y alegaciones pertinentes para impedir la deportación del padre, utilizando los derechos que tiene un nino a estar con su padre.
Cuando se consideró deportar al padre, el Ministro de Justicia tuvo que tener en cuenta que el futuro bebé no sólo tiene el derecho a vivir, sino que también disfruta de los derechos legales que conllevan su nacimiento, que en este caso, eran muy relevantes y había que sopesar antes de deportar a una persona.
Los argumentos del Estado eran que la pareja no tenía derechos como familia al no estar casados y que el único derecho que tenía el bebé era el derecho a la vida. Sin embargo, Humphreys desestimó estos argumentos y permitió que la familia permaneciera unida en virtud de los derechos constitucionales que toda persona, sin excepción, debe disfrutar.