Una inspección sorpresa cerró el centro abortista Hillcrest en Harrisburg (Pennsylvania). Bastante lógico si se tienen en cuenta las opiniones de las madres embarazadas que relataron a través de comentarios en Google su experiencia en el interior de las paredes del abortorio.
Hace un año, una mujer bajo el nombre de Kaylee hizo una evaluación de Hillcrest en la que decía: «Yo no recomiendo este lugar. Me recordó a una clínica de animales e incluso olía a animal».
Kaylee también tuvo duras palabras sobre el personal: «Las enfermeras y los médicos, o lo que sean, no son profesionales. Yo nunca les llamaría enfermeras», aseguró.
Se refirió especialmente al médico, del que dijo que solo le interesaba el dinero. Además, denunció que realizaba los abortos rápido y con prisas para poder realizar el mayor número posible.
La chica cuenta que le realizaron la ecografía «en una habitación, tan cutre, que se sentía un perro»
La chica cuenta que le realizaron la ecografía «en una habitación, tan cutre, que se sentía un perro». «En aquel lugar la compasión no existía», resalta.
Cuenta la historia de su aborto en términos dolorosos: «Una vez que estas en esa habitación nunca lo olvidas. Cuando te tumbas sobre la mesa ves fetos muertos. El médico no se dirige en ningún momento a ti. Él sólo va y hace lo que tiene que hacer. No tienes opción de dormir. Se oye todo, hasta la máquina que utiliza, que por cierto se rompió cuando fueron a realizarme el aborto a mí»
Kaylee resume su experiencia con una advertencia a otras mujeres: «Sólo quieren el dinero. Tengo que vivir con el error que cometí todos los días. El escuchar esa máquina, ver la sangre de otros bebés. Yo sólo quería contar mi historia. Espero que la gente que lea esto no vaya allí».
Por otro lado, una mujer identificada como Vanessa describió su visita a Hillcrest de esta manera: «Fue la peor experiencia médica de mi vida. No apoye a esta clínica».
Otra paciente llamada Madison afirmó que el personal era poco profesional: «Este lugar es horrible. No sienten absolutamente ninguna compasión por los pacientes. El personal era grosero y hablaba de todas las mujeres que habían estado allí».
Aunque algunos de los comentarios en Google son favorables, el elevado número de críticas contra el abortorio supuso el cierre del establecimiento. Los reguladores estatales ordenaron el cierre de la clínica tras pasar una inspección y comprobar la insalubridad del centro, según informa LifeNews.
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