Si Dios no lo remedia (yo creo en los milagros) esta semana quedará aprobada la Ley de eutanasia en España. Era una prioridad ideológica del PSOE desde tiempos de Zapatero y ya la han logrado sacar adelante con la oposición de Vox y el Partido Popular.
No tendremos, queridos lectores, derecho a los cuidados paliativos ni a numerosas prestaciones sanitarias, pero seremos invitados e incitados (cuando seamos una carga, que los seremos por enfermedad, incapacidad o ancianidad) a poner fin a nuestra vida. Los médicos y el personal sanitario tendrán la obligación de aplicarnos la eutanasia y si no lo hacen serán señalados por ello y formarán parte de una lista negra.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa novedad de la ley que se aprueba esta semana es que la sanidad pública estará obligada a facilitarnos el suicidio y a financiarlo
Lo de que vamos a decidir cuando poner fin a nuestra vida con la Ley de eutanasia es mentira. Uno puede suicidarse y, lamentablemente, esta práctica está demasiado extendida en nuestro país. El suicidio es una trágica realidad en nuestras sociedades occidentales. Existen protocolos para prevenirlo. Lo más importante, acompañamiento presencial, moral y espiritual, asistencia médica o psicológica…
La novedad de la ley que se aprueba esta semana es que la sanidad pública (médicos y personal sanitario) estará obligada a facilitarnos el suicidio y a financiarlo. Y la izquierda y la derecha criminales (PNV, burguesía catalana diseminada en infinitas siglas…) aplaudiendo. Y usted y yo pagándola con nuestros impuestos.
En segundo lugar, con la ley de eutanasia en vigor, serán muchísimos los que decidan poner fin a nuestra vida sin importarles nuestra opinión: familiares, allegados y médicos. Esto es lo que hay. Y si no simplemente consulten lo que está pasando ya en países en los que la eutanasia está legalizada. Por cierto, que aunque la agenda de la cultura de la muerte se abre paso, es una minoría de países en los que esta práctica contra el primero de los derechos está permitida como fruto de una estrategia programada. Y todos, curiosamente, en la órbita de países occidentales de tradición judeo-cristiana. En África y Asia no se les pasa por la cabeza plantear la posibilidad de acabar con la vida de los ancianos o las personas que sufren alguna enfermedad o tienen una discapacidad. Un fenómeno digno de estudio.
No ha habido debate social, se ha tramitado en plena pandemia, durante los diferentes estados de alarma, con 100.000 muertos por COVID-19 en España
La legalización de la eutanasia, práctica que pusieron en marcha los nazis en la década de los cuarenta, será un hecho en España. No ha habido debate social, se ha tramitado en plena pandemia, durante los diferentes estados de alarma, con 100.000 muertos por COVID-19 en España. Los dos partidos que se han opuesto a la eutanasia, Partido Popular y VOX, no han podido frenar la embestida siniestra del resto de diputados y grupos parlamentarios. Ciudadanos, progres entre los progres, siempre ha apoyado la eutanasia (si me permiten, está probando su propia medicina).
Personalmente, me cabe la satisfacción, como parte de Derecho a Vivir, de haber contribuido a la resistencia contra este ataque sin precedentes contra la vida humana. Naturalmente, perder una batalla no es perder una guerra. En nuestra vecina Portugal el Tribunal Constitucional acaba de bloquear la ley de eutanasia, como bien nos ha contado Actuall.com. Aunque, ciertamente, mi confianza en el Tribunal Constitucional de España es menos cero. Desde luego, confío mucho más en médicos como el doctor Jara, que es colaborador de Actuall.com, que en los que me quieren dar matarile a la primera de cambio.
Mientras escribo estas líneas pienso en dos cosas. Una, las numerosas campañas de Derecho a Vivir para frenar la ley de eutanasia. Me siento, que quieren que les diga, como esos miembros de la resistencia que plantaron cara al nazismo que dominaba media Europa hace unas décadas. Perdieron innumerables batallas, pero defendían derechos fundamentales. Mientras los medios y los poderosos hacían la ola a Hitler.
La otra cosa en la que pienso es en las víctimas potenciales de la eutanasia. Que vamos a ser varias. Usted y yo, da igual la edad que tengamos. Si mañana por alguna circunstancia costamos dinero, damos guerra o somos una carga se nos aplica la eutanasia y punto.
Pero en quien pienso de verdad es en un puñado de héroes a los que Derecho a Vivir ha entrevistado precisamente para conocer su historia y sus miedos ante la aprobación de la Ley de eutanasia que esta semana aplaudirán los criminales diputados que la han votado en el Congreso. Son las historias de Jordi, Rafael, Inmaculada y Aarón.
El primer entrevistado es Jordi, una referencia de lo que significa vivir con dignidad a pesar de padecer, en estado avanzado, una enfermedad degenerativa e incurable (ELA).
Rafael, doble medalla de oro con la selección española de baloncesto en los Special Olympics World Games, sufrió un infarto durante el parto y solo desarrolló un hemisferio del cerebro.
La historia de Inmaculada también es un testimonio de coraje y amor a la vida. Lleva tres años batallando con un cáncer.
Y, por último, Aarón, quien fue diagnosticado de una malformación congénita que afectaba a nivel cerebral. Ha cumplido 16 años y su padre se emociona cuando recuerda que les dijeron que le quedaban tres semanas de vida. Se puede conocer su historia en este enlace.
La eutanasia y sus siniestros agentes y partidarios no tienen la última palabra. Son los héroes y los que les ayudan los que van a ganar esta guerra. Yo, desde luego, he decidido en que ejército voy a luchar.